“…la frecuencia
de energía de la mente parece ser esencialmente masculina. La mente se resiste,
lucha por el control, usa, manipula, ataca, trata de atrapar y poseer.”
“Para ir más allá
de la mente y volverse a conectar con la realidad más profunda del Ser, se
necesitan cualidades muy diferentes: entrega, ausencia de juicio, una apertura
que permita que la vida sea en lugar de resistirse a ella, la capacidad de
sostener todas las cosas en el abrazo amoroso de su conocimiento. Todas estas
cualidades están mucho más cercanamente relacionadas con el principio femenino.
Mientras que la energía de la mente es dura y rígida, la energía del Ser es
suave y dúctil y sin embargo infinitamente más poderosa que la mente. La mente
gobierna nuestra civilización, mientras que el Ser está a cargo de toda la vida
en nuestro planeta y más allá.”
Sentir es la
clave, y quien mas adecuado que las mujeres para sentir.
Muchas veces
sentimos dolor, físico, emocional, espiritual. La resistencia a ese dolor es lo
que nos lleva a permitir que nuestra mente gobierne. Pero todas las personas
tenemos capacidad de sentir y para ello tenemos los sentidos. Debemos abrir
nuestra percepción, abrirnos a oír, a oler, a degustar, a ver mas allá de lo
evidente y a sentir con nuestra piel, no solo con las manos sino con toda la extensión
de nuestra piel.
Cuando nos
dejamos llevar por el sentir, la cabeza se pierde un poco, a veces lo
suficiente como para que deje de gobernar y controlar todo lo que sucede. Es importante
no confundir este sentir verdadero con el dejarse llevar por los impulsos y
reacciones que surgen de nuestra negación a la realidad y a las emociones que
no queremos sentir.
En este camino no
podemos ser negligentes. No podemos auto-engañarnos ni descarriarnos. Las mujeres
debemos hacernos cargo de nuestra realidad energética y ser comprometidas y
diligentes con lo que nos toca hacer.
Socio-culturalmente
hoy día estamos demandadas de funcionar con energía yang, mental y masculina. Tenemos
muchos roles que cumplir y nos confundimos creyendo que los roles históricamente
masculinos debemos ejercerlos con energía masculina. Esto no es así, podemos
trabajar, conducir, gobernar con energía femenina predominando. Lo que sucede
es que debemos descubrir cómo. Los hombres nos dan su receta y nosotras la
seguimos. NO! Debemos escribir nuestras propias recetas en las que encontremos
la forma de trabajar, mantener un hogar, ser jefas y dueñas, ser
financieramente responsables, etc., desde la energía yin femenina, resistente y
asentada que somos.
Para ello debemos
soltar la cabeza. No significa cometer locuras (las locuras se hacen también
desde la mente). Significa sentir lo que está sucediendo, usar el nuestro
cuerpo femenino altamente sensitivo a nuestro favor y escuchar lo que sale de
él, que no es más que los mensajes de nuestra intuición.
Aquello de cada
una de nosotras debe hacer como ser femenino en esta vida, está guardado en
nuestro cuerpo, solo debemos encontrarlo y hacerle caso.