12.6.14

Primero mujeres y luego madres

Hay muchas madres que por las actividades de sus hijos no pueden ser mujeres... Me es muy común recibir el comentario “No puedo ese día porque mi hijo/a hace tal cosa”, “No hago yo porque mis hijos hacen (y yo soy el taxi de ellos)”.

No se es madre sin ser mujer. No se es esposa sin antes ser soltera. Ese es el orden y aun así nos cuesta terriblemente poner, ante las necesidades, primero a la mujer que a la madre o que a la esposa.

Me pregunto si está tan bien esto de desvivirse por los hijos (y el marido)? No lo sé... desvivirse, no vivir...

Pero estamos educadas así: ponemos las necesidades de los hijos antes que las nuestras. Eso nos lleva relegarnos constantemente en nuestras propias necesidades. Una madre que nunca puede hacer nada para ella, no puede nutrirse a sí misma como mujer, se va secando por dentro.

Las mujeres necesitamos abrirnos a recibir de otras mujeres. Esa es la idea de los círculos de mujeres. La madre que siempre es madre y nunca es mujer, solo mujer, se “enferma de maternidad” y cuando sus hijos crecen y ya no la necesitan tanto o se van de la casa, la madre no sabe qué hacer, se queda vacía.

Las mujeres tenemos que hacer por nosotras mismas, comprendiendo que la mujer que soy está antes que la madre que soy. No es un lugar egoísta. Es un lugar de fortalecimiento y cuidado a una misma, básicamente para no explotar o deprimirse completamente, que son las reacciones que surgen luego de auto-anularse constantemente.
  

Historia de una mujer pobre que pide limosna

Me da unas monedas para mi hijos? Dice la mujer pobre que pide limosna en la puerta de un supermercado.

Una mujer que sale con sus compras le deja unas monedas. Unos minutos mas tarde, cuando está partiendo con su auto, ve a la mendiga gastar las monedas en algo de comida para ella misma.

Un poco indignada va y le reclama: “Esas monedas eran para alimentar a sus hijos, qué vergüenza! O deja sus hijos sin comer o es mentira”.

La mendiga la mira tristemente y le responde: “Mis hijos están en la escuela, siempre tienen un humilde plato de comida que les preparo con lo que me da la gente, pero ahora estoy muy cansada y débil, llevo horas pidiendo y hoy no ha sido un buen día, si no recupero un poco de fuerzas no llegaré a juntar suficiente para la cena de esta noche.”