La Amante vive en la oscuridad de la luna nueva, la Amante
lame la sensual oscuridad, el eroticismo de la vida y abre su útero a sentir,
despeja los velos y entrega sus poros al aire, a la fragancia, al sonido, al
movimiento, al palpitar cizagueante de la serpiente.
La Amante se extiende molécula a molécula, átomo a átomo, y
se convierte en una con el todo. La Amante se deshace y se chorrea en la vida,
siendo la vida, derramándose en ella, fundiéndose con ella.
La Amante sangrante chorrea la vida desde su cueva y empapa
la tierra con su sangre, entrando en comunión con la Madre, haciendo el amor
con ella.
Ella se hace una con la vida en su erótica danza.
Extraído de Paki de
la Villa
Imagen: Arte
Cristian Shloe.