Del libro “Mensaje
urgente a las mujeres” de Shean Shinoda Bolen.
“La percepción directa intuitiva ocurre de muchas maneras,
incluida la de una voz interior que llega sonora y clara a fin de hacerte saber
cuándo una misión te corresponde.
Tal vez sea tu corazón el que decida. Puede que descubras
que eres incapaz de alejarte de alguien que necesita algo que tú quieres
brindar, o de algo que quieres hacer. En ninguno de los casos sabes siquiera si
eres capaz de ello. Cuando es el corazón el que te guía, esa misión lleva tu
nombre escrito.
Como un embarazo inesperado, es posible que albergues las
semillas de algo que cambiará tu vida y el mundo. Toma la semilla y deposítala
dentro de un círculo de mujeres, nútrela con sabiduría, infúndele vigor; poda
lo que sea necesario podar y deja que la raíz principal ahonde hasta llegar al campo de energía de la Madre Tierra, para que
se alimente de él y contribuya con pensamiento y acción al campo morfogenético,
y luego sácala al mundo para que florezca y dé fruto.
Todas y cada una de las cosas que existen en la naturaleza
pertenecen a su grupo particular, con el que comparten semejanzas, al tiempo
que cada una es en sí misma única; en ningún caso hay dos ejemplares idénticos.
Sin embargo, cada una de ellas florece o fructifica junto con las demás, cuando
llega su temporada. Algunas especies pueden permanecer en letargo durante
largos períodos esperando simplemente a
que las condiciones sean las propicias; y entonces, esas semillas que no están
directamente conectadas unas con otras, empiezan todas a un tiempo a lanzar
zarcillos a la superficie. El que no está atento, cuando por fin florecen,
tiene la sensación de que han aparecido de la noche a la mañana.
Creo que esto es análogo a lo que sucede en estos momentos.
La atención está puesta allá donde está la acción: en las guerras y conflictos,
en los centros de poder, en los escándalos y celebridades.
Inadvertido y, no obstante, a ras de tierra, un mensaje
empieza a aflorar en nuestras conciencias. Crece con más fuerza en unos lugares
que en otros; pero, unidas por un hilo invisible, como la comunicación en
Internet, o como la bilocación observada por la física en la que dos partículas
relacionadas, y separadas por grandes distancias, se mueven juntas, o como fuentes
que se nutren de la misma capa acuífera, las mujeres han empezado a comprender
el mensaje: reúne a las mujeres, salva
el mundo.”