LA HISTORIA DE LA
FLOR DE LOTO Y LA LUNA
Cuenta la leyenda
que la Luna posaba cada noche sus ojos en las flores más bellas del estanque,
dándoles energía y protegiéndolas con su luz de los depredadores nocturnos.
Así, la Luna se iba agotando y cada tanto llegaba una noche oscura en la que
las bellas flores corrían riesgo de morir.
Una madrugada,
cuando el amanecer ya estaba llegando, la Luna vio una flor de loto
transparente. Imposible era verla de noche, puesto que, por su transparencia,
de noche era negra. Con los primeros rayos del sol, la flor se fue tornando
dorada. Notó entonces la Luna que esta flor tenía una capacidad especial:
tomaba la energía que recibía, la guardaba y luego la reflejaba, retomando su
transparencia.
La siguiente
noche la Luna comenzó su experimento. Buscó y buscó en la oscuridad hasta que la
encontró. Iluminó al loto transparente con toda su fuerza. La flor fue tomando
esa energía, desplegando sus pétalos uno a uno y tornándose blanca se convirtió
en la flor más bella del estanque.
Cada noche la
Luna repitió el proceso. Aunque el loto volvía a ser transparente en la
madrugada, se volvía banco por la noche, cada vez con más facilidad. Mientras
tanto, la Luna no abandonaba su tarea de iluminar a todas las flores y pronto
llegaría la noche de oscuridad. Pero ella tenía confianza en que su idea
funcionaría.
La noche de luna
nueva, la Flor de Loto esperaba a la Luna. Esperó y esperó pero no llegó.
Desesperanzada por volver a ser
transparente, se encogió hacia su centro y lloró. Pero en un momento escuchó
una voz silenciosa, que tal vez venía desde
su interior o tal vez desde lo lejos del Cielo.
- Aquí estoy, soy
parte de ti. Soy la Luna en ti. Si te conectas con mi energía, puedes ser
blanca por ti misma.
La Flor de Loto
lo intentó. Desde el centro de su corazón se conectó con la energía blanca de
la Luna, se irradió a si misma y lentamente, como en las últimas noches, sus
pétalos se abrieron y se tornó blanca en su totalidad. Tanta luz generó que
iluminó el estanque completo y esa noche fue la Flor de Loto la que protegió a
sus compañeras.
Desde entonces la
Luna y la Flor de Loto trabajan juntas, cuidan de sí mismas, ayudan a las demás
flores. Irradian e iluminan a todos los seres del estanque.
La flor de loto simboliza al útero que recibe
energía de la luna por el centro del corazón, se irradia a sí mismo y se
purifica.