Me levanto en la mañana temprano y
soy meditadora y practicante de chi kung.
Mas tarde, saludo a mi marido y
preparo el desayuno, soy esposa y madre, ya no soy meditadora.
Cuando todos parten, me siento en la
computadora y soy escritora, ni madre ni meditadora.
Al mediodía, soy cocinera… la que escribía,
ya se fue.
Recibo a mi hija del colegio y soy
nuevamente madre y a veces, maestra particular.
A la tarde soy instructora de tai chi,
a veces observadora, otras veces, oyente.
Al finalizar la clase, ya no enseño,
soy amiga, mujer entre mujeres, compañera.
Por la noche, vuelvo a ser cocinera,
esposa y madre, ni instructora, ni maestra.
Y mas tarde soy desocupada, lectora
o miradora de televisión.
A veces también soy llanto, alegría
o caminante… planchadora, lavadora y chofer.
Soy mujer todo el tiempo.
Y sobre todo, todo el tiempo, voy siendo
yo.