28.3.15

La Tienda Roja

Hace 4000 años, en el suroeste de Asia, las tribus nómadas criadoras de ovejas establecían sus campamentos cerca de los ríos. Adoraban a los muchos dioses y diosas y las mujeres eran consideradas para el liderazgo y la toma de decisiones.

En el centro de cada campamento se ubicaba la “tienda roja”, lugar a donde iban las mujeres durante la menstruación, no porque fuera sucio o prohibido, sino para, voluntariamente, honrar a la diosa.


Y en su armonía con la naturaleza, las mujeres menstruaban juntas en luna nueva y era dentro de la tienda roja en donde se relataba esta historia:

“La gran madre a quien llamamos Inana es una guerrera valiente y dama de honor de la muerte.
La gran madre que llamamos Inana es el centro del placer, la que hace que los hombres y mujeres se busquen en la noche.

La gran madre que llamamos Inana es la reina del océano y patrona de la lluvia.
Esto lo saben todos, hombres y mujeres, desde los niños de pecho hasta los mas ancianos.

Pero la gran madre que llamamos Inana dio a las mujeres un regalo que los hombres no conocen y ese es el secreto de la sangre. El flujo que llega cuando la luna se va del cielo, la sangre curativa de cuando renace la luna.

Para los hombres es algo que aparece y molesta, que irrita y trae dolor. Ellos imaginan que sufrimos y se consideran afortunados. Nosotras no los disuadimos.

En la tienda roja, la verdad de sabe.

En la tienda roja donde los días se suceden como un arroyo placentero, mientras el regalo de Inana nos recorre, purificando el cuerpo de la muerte de la luna y preparando el cuerpo para recibir la nueva vida de la luna, las mujeres damos las gracias por el reposo y la recuperación, por el conocimiento que la vida sale de nuestras piernas y que la vida cuesta sangre.”

En la primera menstruación entramos en la tienda roja para aprender estos secretos, luego de haber dado nuestra primera sangre al vientre de Inana, al polvo que formó el primer hombre y la primera mujer. El polvo que se mezcló con su sangre de luna.

Con el nacimiento de cada hijo también entramos en la tienda roja, para que nuestros niños nazcan hacia la tierra e Inana los acune por primera vez, dejando nosotras nuestra sangre y placenta como ofrenda de vida.

Mes a mes en la tienda roja se prenden velas y sahumerios y se cuentan historias sobre las mujeres que allí están, sobre las memorias que  no se deben perder, sobre aquello que fue importante y sagrado. Y a la vez se deja ir… el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la alegría, el peso de lo vivido. No hace falta perdonar ni esforzarse por olvidar, simplemente debemos acompañar a la muerte de la luna.

Así las mujeres mantenían viva la tradición secreta de Inana.


Alrededor del 2000 AC el fin del matriarcado se estaba haciendo realidad. Las mujeres perdían influencia en los procesos de decisión de sus tribus a medida que las condiciones climáticas y la necesidad de alimentos las obligaban a buscar nuevas tierras.

Los hombres comenzaban a buscar la “tierra prometida”, lo que posteriormente sería Israel y a creer en el único dios. En el encuentro con nuevas tribus, en las que el poder político estaba solamente a cargo de los hombres, las mujeres cambiaron su lealtad:

Los hombres se casaron con mujeres que nunca habían conocido una tienda roja. Las abuelas de sus abuelas ya habían olvidado, o habían sido forzadas a olvidar.

Las mujeres prometieron no mentir a los hombres, pero había cosas que los hombres no podían comprender. Tradiciones sagradas que sin embargo no estaban allí para herirlos.

Fueron las mismas mujeres que contaron los secretos de Inana a los hombres, por no comprender y por mantener su lealtad a los maridos que prometieron alimentarlas y vestirlas.

Y no comprender trae consigo el miedo… por mantener su poder los hombres, obligaron a las mujeres a destruir su tradición sagrada.

Rompieron sus estatuas, desmantelaron sus tiendas y las obligaron a callar. Así las hijas y las nietas nunca supieron nada e Inana fue olvidada.

4000 años nos llevó a las mujeres recordar.
4000 años les llevó a los hombres comenzar a confiar.

Y ahora tenemos algo que debemos pasar a la siguiente. MUJERES: NO VOLVAMOS A OLVIDAR.


Extractos del libro “La Tienda Roja” de Anita Diamant y de la miniserie para TV 
producida por Lifetime basada en el libro. Las imagenes son capturas de la miniserie.

Escrito por Marcela Thesz.


17.3.15

Qué sabes de tu abuela materna?

Esta señora es muy importante para ti. ¿Porqué?
Porque es clave a la hora del traspaso de información genética y de programas.

Resulta que cuando ella estaba embarazada de tu mama, el feto ya tiene los ovocitos formados. Y de estos ovocitos, van a salir los dos millones de óvulos que tendrá tu mama durante su vida. Uno de estos óvulos, lleva tu nombre. Así que este óvulo lleva la información de la abuela.

¿A qué información te refieres?
A todo lo que la abuela vivió, sintió y cómo lo vivió. Si era el momento adecuado para tener hijos, si era deseado el embarazo, si se sentía protegida por su marido, ...etc. Saber que necesidades biológicas no tenía cubiertas la abuela. Todo esto y mucho más es información que se queda improntada en cada célula del feto. Por lo tanto llevas información de la abuela cuando estaba embarazada de tu mama.

¿Has oído hablar alguna vez que la genética a veces se salta una generación?
Pues es justamente esto. El óvulo del que sales lleva la información de la abuela materna.

¿Porqué de la abuela y no del abuelo?
Porque la abuela pone el óvulo y el abuelo el espermatozoide. Y el óvulo a parte de la información genética, lleva la información mitocondrial, que está en la membrana celular. Mientras que en el abuelo, la información mitocondrial está en la cola del espermatozoide, y como sabes en el momento de la fecundación, la colita se queda fuera. En la mitocondria es donde está guardada la información a niveles de programas que se heredan. Información biológica.

Publicado por Emilio Martínez Cortés


6.3.15

Feliz día!



Invitación


MEDITACION DE LUZ
por las mujeres en el Día de la Mujer


Domingo 8 de marzo - 20hs.


Reunión gratuita y abierta al público.
Por favor confirmar asistencia para la organización del espacio.


» Meditaremos desde las 20.15 hasta las 20:30hs. y luego compartiremos un té y una lectura.
» Traer 1 velita, manta y/o almohadón. Si no puedes asistir, puedes unirte desde tu casa.

 

Esta convocatoria tiene el objetivo de sentarnos en meditación, cada uno con su práctica, invocando luz para las mujeres de nuestra vida y nuestro mundo.
No tiene fines políticos. Es abierta todas las religiones y prácticas meditativas.



Lugar: PUNTO CERO – Centro de Autoconocimiento
Nazca 225, dúplex 2, barrio Lomas del Chateau (mapa: http://bit.ly/16O1K7t)

Contacto:
     » Por mail a contacto@puntocerocordoba.com.ar
     » Por cel. al  351-153 127474 (mensajes, llamadas y whatsapp)
 

5.3.15

Por todas nosotras




 Yo soy la que vigila el sueño de los niños cuando duermen.
La que hace de su vientre un hogar seguro.

La que sostiene el mundo entre sus manos, alimenta con su propio cuerpo, inventa canciones y aunque desentone, sigue cantando para ahuyentar el miedo y crear sueños

Soy a la que lapidaron, torturaron, mutilaron y quemaron en vida. En diferentes fases del tiempo, en distintas culturas y religiones bajo el nombre de vete tú a saber quién que se creía superior, al que yo molestaba, ofendía o asustaba. Soy la mujer que hoy en día siguen asesinando una vez tras otra sin motivo.

Yo soy tú, Mujer, fuí la de hace 100 años atrás, y la del siglo 18,  a la que mataron  por haberse enamorado de otro hombre, o por no haber hecho la comida….

Esto no es un juego…todo lo que lucharon nuestras antepasadas y no tan pasadas nos permite estar hoy como estamos, mucho más libres exteriormente.

Pero ahora es nuestra la tarea de ser libres interiormente. Hoy volvemos a estar aquí, con otro nombre, otro entorno, otro cuerpo…valórate y haz que te valoren los demás, con Amor.

Ya es hora de sentirnos seguras con nosotras mismas, de amarnos absolutamente en todo momento, de hacernos respetar en nuestros ciclos, por la calle y en la cama, de sentirnos libres de palabra, de hacer y de decidir, es hora de eliminar las medicinas que nos sostienen el ánimo una vez al mes, tu no estás enferma, eres cíclica.

Conéctate con la Tierra, ella le lo contará todo.

Nos lo debemos a nosotras mismas, a nuestras antepasadas y a las que llegarán. Por todas las mujeres que llevamos dentro y por las veces que nos han asesinado.

Ámate, escucha-te, danza, conéctate, no delegues la responsabilidad de sentirte bien o mal a los demás, haz lo que te apetezca, pero sobretodo, mujer salvaje, ahora no te estanques.


Tomado de “No somos una mujer con mil caras, somos mil mujeres detrás de un mismo rostro”